Un día entre amigos en las Cañadas del Teide

Vivir en un coliving en Tenerife no es solo trabajar con vistas al océano o disfrutar de la comunidad de nómadas digitales. También significa tener la oportunidad de salir de casa cualquier fin de semana y descubrir lugares únicos como el Parque Nacional del Teide y sus impresionantes Cañadas.

Hace poco, un grupo de amigos del coliving decidimos dejar los portátiles a un lado y lanzarnos a la aventura. Con la mochila ligera y mucha ilusión, emprendimos una caminata por las Cañadas del Teide.

El camino nos regalaba un paisaje casi de otro planeta: formaciones volcánicas, senderos rodeados de roca volcánica y, al levantar la mirada, un cielo tan despejado que parecía pintado. Fue allí donde encontramos un rincón escondido desde el que se veía el volcán Teide como nunca antes lo habíamos visto, una perspectiva diferente que nos dejó sin palabras.

Lo especial no fue solo la vista, sino compartir ese momento con personas que, como nosotros, habían llegado a Tenerife para trabajar de forma remota, pero también para vivir experiencias auténticas. Esa es la magia del coliving en Tenerife: cada día conoces gente nueva, y de repente estás compartiendo un amanecer en la montaña o un brindis en un guachinche local.

Y claro, después de la caminata no podía faltar la recompensa: una mesa en un guachinche en Santa Úrsula, rodeados de vino del país, conejo en salmorejo y papas arrugadas. Una experiencia 100% local que nos recordó por qué elegimos vivir en este rincón del norte de la isla.

Así es la vida aquí: un equilibrio entre trabajo remoto, naturaleza y comunidad, donde cada salida se convierte en una historia para recordar.